¡Hooola! Hacía un tiempo que no subía algo sobre reflexiones, y tengo muchas cosas de las que hablar y poco tiempo para escribirlas y contároslas (maldito tiempo, ya podíamos tener 30 horas al día en vez de 24...)
Pero no me refiero a los típicos miedos de: "Tengo miedo a las arañas" o "Tengo miedo a la oscuridad", sino a los miedos que nos aparecen a medida que crecemos.
¿Cuáles son esos miedos entonces?, me preguntaréis. Bien, a medida que he ido creciendo, yo, personalmente, no he pasado por muchos miedos, simplemente me daban algo de respeto las alturas.
Pero ahora, con 16 añitos que tengo, he entrado en una edad difícil. Y eso se nota. A veces, cuando me pongo a pensar un poco en general, sobre todo en el futuro, siento temor ante la idea de que en algún momento de mi vida tendré que marcharme de mi casa y convivir sola. Sin nadie de confianza o que pueda ayudarte en esos momentos. Te haces mayor, y eso a mí me asusta. Aparte de que estás más cerca de la muerte poco a poco, aún no me siento preparada (ni ahora ni en muuuchos años) para coger las riendas de la responsabilidad y hacerme cargo de todo asunto relacionado con la madurez. Es algo que me aterra, porque... ¿Y si no soy capaz? ¿Y si no me sale todo como a los demás? ¿Y si yo sola no puedo hacer todo aquello que debería hacer?
Tantas preguntas que en este momento no me quiero replantear y las evito lo máximo posible.
Sin embargo, una parte de mi dice: "Vamos, estás preparada. Sabes lo que haces, y a lo mejor algunos de tus amigos te acompañan en ese camino y lo solucionáis todo juntos". Por lo que, en parte, sí me gustaría hacerme mayor. No obstante, la otra no. La otra parte quiere seguir en la adolescencia, viviendo del cuento, estudiando y yendo al instituto con los amigos a pasarlo bien (como se puede), saliendo con ellos por las tardes de fiesta y a cualquier tipo de actividad, tener vacaciones de Navidad, Semana Santa y de verano... y muchas cosas más.
Pero eso se acaba, dando lugar a una nueva vida.
Con esto quiero decir, que aunque ya no se vaya a vivir lo de antes, otras cosas lo sustituirán. Además, es muy probable que cuando nos hagamos mayores, sigamos yendo al cine o a jugar a los bolos con nuestros amigos, ya sean los de antes, o unos nuevos que hayamos hecho. Porque nuestros gustos cambian, y a veces, (y sé que puede sonar algo cruel), también cambiamos de amigos. Pero, si os dais cuenta, todas estas cosas están destinadas a ocurrir, y es difícil evitarlas, pero también es fácil cambiarlas por otras, tanto buenas como malas, dependiendo de lo que hagas. De modo que lo único que podemos hacer para no "rayarnos" (no me salía otra palabra) con este tipo de asuntos... "serios", por así decirlo, es seguir al pie de la letra estas dos palabras:
"Carpe Diem"
Carpe Diem, vive el momento. Porque vida sólo hay una, y creerme, el tiempo se pasa volando. Además, dentro de ella sufrimos, amamos, reímos, cambiamos... Hoy sólo me he centrado en los miedos (más bien en mi miedo a la madurez, ¿tendrá eso nombre...? ¿Madurifobia...? xD Lo buscaré... ¬¬), otro día hablaré de lo demás, que también hay que discutirlo...
Así que, el mensaje que os transmito es que no tengáis miedo, pero tampoco os dejéis llevar, pensad bien en lo que queréis, porque con vuestras decisiones construiréis vuestro futuro, y todo el mundo quiere tener uno bueno y que sea único. Carpe Diem, Wonders, y que los miedos sólo sean un mero recuerdo en vuestra mente.
Auditore
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